lunes, 5 de octubre de 2009

4 años

No lo olvidé, simplemente no se me había ocurrido escribir al respecto, pero este fin de semana que tuve la oportunidad de estar solo todo el fin de semana (mi compañera de cuarto generalmente se va el sabado en la tarde o hasta el domingo temprano), desde el viernes hasta el día de hoy, me acorde de los viejos tiempos, cuando comencé esta aventura de vivir por mi cuenta, y me puse a recordar sobre cuando recien me mude, no tenía nada, apenas el refri un microondas y una tele sin señal; pasaba a casa de mis padres casi todos los días después de la escuela, ellos me proporcionaban la despensa de mi semana, y no tenía más compañia mas que la de mi gatita.  Poco a poco me fui haciendo de más cosas, una computadora, un escritorio, una parrilla para cocinar, una lavadora, pero todo siempre fue de manera paulatina, pues antes de que consiguiera lavadora de ropa, estuve 6 meses lavando a mano, curiosamente aguante menos tiempo sin internet de banda ancha, pues esa la conseguí a los 3 meses de que me había mudado. Todo lo que tenía era donado, heredado o de medio uso, a excepción del horno de microondas. Recuerdo que tenía un colchon muy incómodo que tambien tarde más de 6 meses en cambiarlo, tenía un gran sillon y mi puff...
Las fotos que hay de las primeras reuniones que hice con mis amigos muestran lo poco que tenía. Un año después llego mi librero y mi segunda gatita, pero después de eso realmente no tuve nada más. Pasaron casi dos años para que mi departamento sufriera la gran remodelación, consecuencia de la llegada de mi papá luego de la separación con mi mamá. Fue como una época dorada, tenía una televisión LCD, había cable, baño nuevo, piso de loza, sala distinta, esta vez completa, pero seguia siendo donada, al igual que la mesa, total, la mudanza temporal de mi padre dejó un monton de cosas buenas, aunque si fue un periodo donde deje de sentir el lugar como mio...
Finalmente, cuando se fue, volvió a regresar un periodo estacionario donde nada nuevo pasó, hasta que dejé de vivir solo. Creo que ese fue el momento donde me dí cuenta de que este lugar realmente es mío, es mi casa, es mi hogar, aunque siga sin trabajar (aunque no porque no lo haya intentado), el poder meter a alguien más a mi casa sin mayores repercuciones fue muestra de que me sentía a gusto con mi casa. Cuatro años me tomó tener las suficientes cosas como para sentirme completamente a gusto en mi casa, aunque aun no tengo todo lo que quiero, el hecho de haber celebrado mi cumpleaños dos veces aqui invitando a mi familia, ya es una clara visión de alguien que tiene su propio lugar. Ahora sólo queda conservarlo, y hacerlo crecer todavía más, pero para eso tendré que esperar a que esté trabajando para entonces realmente hacer este lugar mio... 

Saludos a todos

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