De epidemias y otras crisis...

Hace tiempo que no me quedo en mi casa tanto tiempo a solas, es una
sensación... que extraño. Bueno, la verdad es que puede que no sea
tanto tiempo, pero el hecho de tener actividades suspendidas en la
escuela, y toda esta incertidumbre sobre la epidemia lo hace pensar a
uno en muchas cosas como: ¿Será verdad todo lo que dicen las noticias?
¿Cuándo fue la última vez que suspendieron clases por algo así? ¿Es
esto el principio del fin del mundo? Nah...
La verdad es que solo
juego, en momentos se me ocurre alguna de esas ideas, pero en realidad,
para mi, como para muchos seguramente, esto representa una pérdida de
tiempo, nos retrasamos en las clases estando tan cerca de terminar, uno
se ve imposibilitado de salir a divertirse porque los lugares de ocio
está cerrados, ¿que le queda a uno?
Yo sólo espero poder aprovechar
para ponerme al corriente con todas las cosas que me faltan, pero si
las cosas de verdad son tan malas como las pintan en los medios, esto
no acabará en dos semanas... 

Hablando de cosas menos tristes,
los que han estado leyendo, sabran que me cuesta trabajo escribir
ultimamente sin tener que soltar un desahogo. Hoy es uno de esos días.

¿Por
que los seres humanos somos tan inconformistas? Buscamos algo con
ferviente pasión, luchamos contra lo que se nos ponga enfrente durante
varios años, y de pronto, un día, obtenemos lo que deseamos.
Inmediatamente nos sentimos llenos, dichosos, realizados, no hay nada
que nos pueda hacer sentir mejor. Después, eso sucede, no queda nada
que nos haga sentir mejor, queda sólo una sensación de estancamiento,
de aburrimiento...
Dicen que para que una relación perdure, si es
que uno quiere que perdure, tiene que ser creativo, buscar la forma de
no estancarse, de no entrar en rutina, el futuro de una relación no
depende de la otra persona, depende del interés de ambos. O al menos
eso he leído.
¿Pero que pasa cuando uno de los dos carece de ese
interés? No estoy hablando de que no quiera a la otra persona, al final
de cuentas, ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida, pero he
llegado a un momento donde me da igual que esté o que no esté. No me
emociono al verla, no la extraño cuando se va, y cuando está conmigo,
siento la misma felicidad de siempre, porque, al menos para mi, mi
felicidad nunca ha dependido de nadie.
La parte irónica es el ver
que ella está dispuesta a darlo y a dejarlo todo por mi, que
compartimos varios gustos, que se lleva bien con mis amigos, que me
llevo bien con los suyos, que le agrada a mis padres, que le agrado a
sus padres, que convive bien con mi familia, que convivo bien con su
familia. Todo es tan perfecto, tan... correcto.
¿Entonces por que no puedo querer seguir así?

No lo sé...

Sólo
sé que de a veces me siento más irritado ante ciertos aspectos de mi
relación. Pareciera que busco un pretexto para terminar con ella, pero
como no lo hay, me lo invento, a pesar de que ella hace todo lo que le
pido. Incluso me he vuelto grosero con ella, como para mostrarle que
soy tan patan como el resto de los hombres, que no soy bueno para ella,
que al final puedo lastimarla sin sentir resentimiento alguno, y aun
así, me dice que me quiere, que me ama, que le gusto, que le encanta
estar conmigo, que la hago tan feliz...

¿Como termino con alguien sabiendo que le voy a quitar todo eso cuando lo haga?

¿Quien es el egoísta en esta relación? ¿Yo por quererme escapar? ¿Escapar de que? ¿Ella por depender de mi tanto de mi?

No sé que hacer...