jueves, 9 de septiembre de 2010

Siempre me he jactado de ser distinto...

Si me han leído, sabrán que he tenido conflictos personales respecto a mi trabajo. Principalmente porque no es un área común de la carrera que estoy terminando.
Como muchas cosas en mi vida, llegué allí por casualidades del destino, la oportunidad se presentó en un momento donde yo necesitaba un cambio en mi vida, y decidí que era mejor eso que nada, aunque eso significara deberle "otro favor" a mi padre.

Al principio era tranquilo, mi trabajo estaba limitado a buscar información en internet, algo para lo que me he vuelto particularmente ágil, si existe en formato digital, entonces puedo conseguirlo en la red. Pero como todo, al principio no sabía lo que hacía, sólo hacía lo que me pedían. Conforme el paso del tiempo fui aprendiendo de que se trababa el asunto, comencé a recopilar información, y me di cuenta que todo estaba hecho un relajo, documentos por aquí, archivos por allá, sin orden y con una clara muestra de que las personas que estuvieron en mi puesto antes, jamás se preocuparon por dejarles las cosas sencillas a los que les precederían, así que me decidí a romper con el egoísmo del trabajo y a comenzar a construir un orden que le dejara a los que me precedieran a seguir en la dirección adecuada, pero en ese entonces pensaba que no duraría mucho tiempo allí. Pasaron los meses, y de pronto me hallaba de vuelta a la época del servicio, trabajando con chicas, siendo más un apoyo moral y de mano de obra que el aspecto técnico de logística para la organización de un evento.

En ese evento comprendí que era lo que estaba haciendo, y entendí hacia donde tenía que ir.

Así pues, a partir de ese momento comenzaron a surgir muchas ideas, deje de hacer sólo lo que me pedían y comencé a aportar más de lo que se me ocurría, y todo comenzó a salir bien.

Pero algo aún estaba fuera de lugar...

Una frase me causó mucho ruido "sí, esta perfecto, pero eso mientras tu estés aquí..."

No era una frase dicha con la intención de despreciar mi participación, pero me hacía preguntarme "¿hasta cuando voy a estar aquí?"

La respuesta más inmediata era "hasta que encuentre algo mejor", pero la verdad es que para encontrar algo, primero uno tiene que buscar, y yo no lo estaba haciendo, entonces "¿hasta cuando pienso estar aquí?" salieron varias respuestas; "hasta que termine la carrera", "hasta que me corran"; pero de alguna forma esas respuestas carecían de congruencia, por un lado, el número de materias que me faltaban para terminar la carrera era tan pequeño que podía suceder en cualquier momento, pero llevaba ya dos años atorado con la misma materia, y fallar en ella implicaba quedarme un semestre más; por el otro lado, mi desempeño en el trabajo era efectivo, quizás no era indispensable, pero si desahogaba una parte importante de trabajo para el resto del equipo.

Así pues me puse a meditar, a pensar y reflexionar sobre el asunto y llegué a la conclusión:  me faltaba un motivo, una razón para verme allí en un futuro y pensar en dedicarme a ello de manera más seria. Para la mayoría de mis compañeras, el motivo era simple: la pasión. Dichosa es la gente que encuentra su pasión en su trabajo, pero en una persona como yo, la pasión es un sentimiento desconocido, al menos bajo la definición de la palabra que se refiere a la devoción casi ciega que se tiene hacia un objeto, una persona o un ideal.

A pesar de carecer de pasión, siempre he sido entregado y comprometido, entonces decidí comprometerme con el proyecto en el que estaba trabajando, a colaborar con todo mi interés, al menos hasta que concluyera el objetivo de este año, y de alguna forma con eso logré sentirme un poco más integrado al trabajo.

"Pues si, mientras tu estés aquí se puede hacer, pero que pasará cuando te vayas..."

Esa frase volvió a retumbar en mi cabeza al volverla a escuchar un par de meses después, una vez más me encontré, y a pesar de sentirme comprometido, no pude evitar pensar en ello cuando comencé a ver la fecha de termino cada vez más cerca...

La reflexión en esa ocasión me hizo darme cuenta de algo, me estaba dejando llevar por la corriente, que me llevaba por un camino mas o menos estable, pero que no parecía ser lo que yo quería, y decidí tomar riendas en el asunto, siendo mi primera acción el aprovechar el trabajo para desarrollar el tema de investigación en el que se basaría mi tesis para la titulación una vez que acabara la carrera, lo cual implicaba verme ya en el futuro con todos los huecos en esa parte de mi vida llenos.

Hace un par de semanas, me enteré que me la carga de trabajo aumentaría con la partida de una persona involucrada directamente en mi área de trabajo, aunque no fue un argumento mencionado, para mi fue una consecuencia evidente, y me hizo pensar nuevamente en lo que sería de mi dentro de ese aspecto de mi vida...

Y entonces comenzó esta semana...

El lunes comenzó como un día con mucho trabajo, había reunión de equipo para evaluar el avance de los proyectos y planes en operación, y se tocó el tema de lo que significaba el trabajo en equipo. Sí, pude ver que me sentía parte del equipo, pero la noticia reciente de la próxima partida me mantenía algo reservado ante la emoción de un buen equipo de trabajo. Curiosamente esa misma mañana me enteré de una oferta de empleo en un banco, la oferta era bastante atractiva en todos los aspectos casi de manera instintiva envié mi solicitud. Quince minutos después estaba recibiendo una llamada. Quizás haya sido la presión de la reunión, o el hecho de que no esperaba una respuesta tan pronta, la llamada salió tan mal que no conseguí una cita para entrevista.

Pero no me importó.

Regresé a la reunión y seguí colaborando.

Esa misma noche, mientras esperaba a que comenzara mi clase, de casualidad me tocó escuchar la conversación de dos compañeros de la escuela, uno de ellos platicaba sobre lo que hacía en el trabajo, trabajo en el área al que el 90% de  la carrera aspira, y mientras platicaban de lo mucho que aplicaban ciertos métodos y de cómo había varios compañeros de la carrera en ese mismo lugar, me di cuenta que, a pesar de ser algo a lo que aspiraba, no me emocionaba la idea de trabajar en un lugar así, de pronto me podía visualizar trabajando para una empresa haciendo lo que los demás, y entonces tuve la revelación que esperaba:

Siempre me he jactado de ser distinto de los demás...

Así de simple, así de poderosa se volvió mi razón, no necesito ser apasionado, después de todo, aun desconozco que es lo que realmente me apasiona en esta vida, pero sé de algo que siempre me ha importado mucho, y es el no seguir el mismo camino que los demás, el buscar siempre la ruta alternativa, la tangente, algo que, por más simple que pueda resultar, me diferencie un poco del resto, así no más, encontré mi motivo...

Al día siguiente me enteré que fui propuesto como la mejor alternativa para cubrir el hueco que quedaría con la partida, pero esta vez pude responder con seguridad, que si la oportunidad se me presentara, tendría al menos un buen motivo para convencerme de seguir, no sería por dejarme llevar por la corriente, no sería porque me apasiona el tema, no sería por no encontrar algo mejor, sería porque puedo hacerlo, y porque me da la oportunidad de ser distinto del resto, como siempre me ha gustado ser, y aquellos que me conocen, lo saben...

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