Cierta historia de... mejor lean

Él tenía 17 años cuando la conoció. Haya sido por casualidad o destino, hubo algo en ese momento que lo hechizo como quizás no había sucedido antes. La suerte los reunió ese día de una de las maneras mas fortuitas, en la primera clase de esa asignatura, la gorda profesora creía que la mejor manera de que un clase avanzara, era que los alumnos se conocieran mejor, así que les pidió a los alumnos que se sentaran en parejas, pero no con quien fuera, tenía que ser con una persona que no conocieran, la dinámica de la actividad consistía en describir al compañero que tenían en frente con solo mirarlo, escribiéndolo en un papel que sería leído una vez terminada la actividad. De alguna manera, ambos terminaron juntos en la actividad. Al terminar, cada uno de los presentes en la clase comenzó a leer lo que había escrito sobre el otro. Obviamente, lo que los alumnos menos querían, era quedar con alguno de los compañeros, así que las descripciones trataban de ser lo mas positivas posible. Cuando les toco su turno, ella pasó primero, las palabras que salieron de sus labios eran increíbles para el, “Es un chico tímido, serio, que le gusta vestir colores oscuros”. Probablemente no haya dicho nada relevante, pero para él fue como si lo hubieran leído como un libro abierto, probablemente ese fue el momento en el que se enamoró de ella. Pasó él a decir lo que le tocaba, algo igual de corto y simple, “Se ve que es una chica sencilla y segura de lo que quiere”. Quizás fue casualidad al final, lo cierto es que ese día marcó una amistad que duraría por un largo tiempo…

Quizás él era demasiado tímido, quizá de verdad nunca hubo una buena oportunidad de decírselo, tal vez el hecho de que ella ya tenía novio fue un obstáculo para poder hacer algo, pero durante todo el año que pasó, no sucedió nada, ambos estaban en mismos equipos durante las clases, y realizaron varias actividades extra escolares, aunque nunca solos, siempre había alguien mas, generalmente mas compañeros. Uno de sus amigos, compañero en el mismo grupo, quiso ayudarle al enterarse por su interés hacia ella, le trataba de dar palabras de aliento, y siempre argumentaba que cuando platicaba con ella le comentaba de los problemas que tenía con su novio, pero a pesar de las porras del amigo, cada vez que él la veía con el novio, no parecían tener ningún problema. Poco antes de terminar el año, ya habían entablado una buena amistad, en las horas libres de clase iban juntos a jugar básquetbol, o al billar, o simplemente se sentarían juntos platicando. Todo ese tiempo que fue forjando una hermosa amistad, también alimentaba el amor que él sentía por ella. La escuela terminó, el comienzo de una nueva etapa en la vida estaba por llegar, muchos caminos habrían de separarse, si es que alguna vez estuvieron juntos. Para su mala fortuna, él no pudo terminar como lo tenía planeado, ella, por el contrario, logró lo que quería, así que la separación estaba inminente, ambos prometieron llamarse y escribirse para tratar de no romper contacto, pero claro, no sería lo mismo, al final todo tendría que terminar de alguna manera…

Lo que sucedió después fue algo curioso, probablemente haya sido todo muy fortuito, la tecnología del momento les permitió seguir hablándose aún después del alejamiento, de manera mas frecuente de lo que se hubiera esperado. Muchas cosas ocurrieron en ese momento, la vida en un nuevo ambiente para ella, también el tener que afrontar las consecuencias de su fallo para él, ambos necesitaban un amigo, alguien a quien confiarle todo lo que sentían al final del día, si no, al menos el de la semana. Y así, entre platica y platica, salió lo que tenía que salir, ella se enteró que él soñaba con ella, ella le dijo que quizás ella lo había provocado, dijo que podía hacer que sucediera, y le dio a él permiso para soñarla cuando quisiera. Por un pequeño periodo de tiempo, cada vez que ella se despedía, terminaba diciendo “sueña conmigo…”. Probablemente fue en ese momento que el quedó totalmente convencido de que la quería para él, quería tenerla para adorarla, para amarla, simplemente la deseaba…

En cuanto hubo oportunidad, salieron juntos de paseo, por primera vez, sin embargo, es muy probable que en ese momento el futuro quedara marcado por completo, pues una vez allí, era como si los dos fueran otra persona, ella evitaba entrar al tema, y él no sabía como abordarlo sin que fuera de manera directa, aun no sentía esa confianza en si mismo como para traer a la conversación lo que sentía por ella. A pesar de ello, el tiempo que ambos pasaron fue de lo mas agradable, al menos quedaron las ganas de volver a hacerlo alguna otra vez. El tiempo siguió pasando, ella no lograba sacar el desempeño que necesitaba en la escuela, él, encerrado en un mundo de adultos, trabajando para ganar dinero, aunque mas bien para tener una vida pacífica en casa, ella tratando de sacar sus problemas sin la ayuda de nadie, él, a falta de la convivencia con personas de su misma edad, enfocándose mas en la amistad que sus últimos conocidos le habían brindado. Si, quizás todo haya sido casualidad, porque esa situación ocasionó que él se enajenara mas con ella, aunque se convencía a si mismo de que no era una simple enajenación, aunque pensaba en ella la mayor parte del día, trataba de evitar buscarla hasta hartarla, como los encuentros virtuales dejaron de ser tan frecuentes, decidió que le escribiría al menos una vez a la semana, y lo que tal vez vino a empeorar las cosas, ella simplemente siguió con el juego, quizá solo intentaba ser agradable, tal vez disfrutaba tanta devoción, a lo mejor de verdad sentía algo más allí, o quizás solo era la imaginación de él, pero ella mostraba bastante interés cada vez que el le escribía un poema, hasta que un día ella se dio cuenta de que estaba sucediendo algo que no le convencía del todo, haya sido miedo a enamorarse de él, o de verdad una preocupación genuina por haberle dado cuerda por tanto tiempo, ella le pidió que no lo hiciera mas. Él accedió, prometió que dejaría de ser tan insistente, y solamente seguiría con la mistad de siempre. Así pues, el juego de la aventura virtual con coqueteos todo lo demás continuó con una que otra salida por allí, pero sin suceder nada en especial, y después de un largo periodo de vivir así, el principio del fin llegó…

Llámese casualidad o destino, él cumplió 21 años, en su festejo invitó a todos aquellas personas que consideraba sus amigos, casi todos asistieron ese día, ella también. Fue un día muy especial, parecía como si no hubiera pasado el tiempo, todos los amigos platicaban y convivían como si siguieran en esos años de la preparatoria, aunque no fuera así. Dentro de la platica salió el comentario inesperado, luego de casi cuatro años de noviazgo, ella no tenía novio, al menos no desde hace casi un mes. Después de ese día, ambos quedaron en verse para salir a pasear, él le preguntó “¿a donde quieres ir?”, ella respondió “a la luna”, y él hizo todo lo posible para encontrar algo parecido, aunque al final lo único que logró fue el dato de que cierto día, a determinada hora, había una exhibición de la luna en un planetario. A pesar de todos sus esfuerzos, no llegaron a tiempo, así que ya no vieron la luna, solo el resto del sistema solar. Pasearon desde muy temprano en la mañana, hasta que él la fue a dejar a su casa, donde no pasó nada…

Si mis amigos lectores, ignoro que habrá pasado por la cabeza de él para no robarle el beso que se merecía ese día, una vez en la puerta de la casa de ella, solo se quedaron mirando el uno al otro. Cuentan que cuando un silencio aparece entre dos personas, es que pasa un ángel que les roba la voz, y el ángel que pasó entre ellos dos fue el mas temible, el implacable, el mas feroz, el ángel para un final…

Quedaron de volver a verse después de ese día, él esperaría pacientemente la llegada de ese nuevo amanecer, pero como lo mencioné antes, la casualidad, o el destino, ya había hecho su jugada, y los reunió a los dos un par de días antes de esa cita. Él no supo ver que no era necesitado en ese momento, aunque tampoco estuvo de sobra, su error estuvo en intentar robarle un beso ese día, y no lograrlo. Si le hubiera robado el beso ese día, o no lo hubiera intentado nunca, probablemente esta historia no existiría, pero el hubiera no existe. Ella canceló la siguiente cita esa misma noche, y él tuvo que conformarse con seguir escribiéndole como de costumbre…

Poco después él se enteró de la situación real, ella había regresado con el novio, era feliz con este. Él, decidió que no sufriría por ella, “¿Por qué se tiene que sufrir por la persona amada?”, se pregunto a si mismo, nunca encontró la respuesta adecuada, pero sabía que no quería sufrir por ella, y decidió que su amor por ella sería diferente a cualquier otro que hubiera conocido, si alguien intentaba comparar su amor con algún otro, solo descubriría que el amor mas semejante solo ha existido en una biblia, donde dice que un hijo ama a su dios padre sobre todas las demás cosas, incondicionalmente, y sin esperar nada a cambio, dejando de ser dueño de su propia vida, conocedor de que tarde o temprano vendrían a reclamarla de una u otra manera.

Mucha gente le dijo que debería de dejarlo, olvidarla, seguir adelante. Muchos otros le dijeron que ella solo jugaba con él, pero el decidió ignorar todos esos comentarios, sabía que era muy probable que fueran verdad, pero el ya había tomado una decisión, y estaba bastante seguro de esta. Quizá esperaba que al final ella terminara accediendo, tal vez no le importara, o a lo mejor su amor era genuino, aunque por otro lado, puede que haya estado loco todo el tiempo, aún así siguió ofreciendo su apoyo incondicional para ella, pero la bizarra situación ocasiono que su apoyo incondicional lo hiciera prácticamente con quien fuera que lo pidiera, no ofrecía su ayuda todo el tiempo, pero si alguien se la pedía la daba sin preguntar nunca, sin pedir nada en retorno del favor, simplemente lo hacía, por ella…

Y sucedió que la casualidad, o el destino, realmente da igual, vino otra vez, y le puso en frente a él una oportunidad de ser feliz con alguien más, oportunidad que no quiso desaprovechar. Pero la emoción lo hizo cometer muchos errores, el principal fue hacer que ella fuera la primera en enterarse. Nunca dijo nada para desaprobar la relación, al contrario, decía estar feliz porque por fin él había encontrado alguien más. Pero la felicidad no duró mucho, mientras él intentaba ser feliz con la otra persona, ella comenzó a hacer comentarios fuera de lugar, nunca con la intención de quebrar nada, pero al final, solo bastó con verse una vez para recordar todo lo que él aun sentía por ella. Igual que en todas las demás ocasiones en las que se habían visto, no pasó nada, pero él se dio cuenta que jamás disfrutaría tanto una tarde como la disfruto aquella vez con ella. La otra persona de enteró de la verdad, y la relación termino casi en ese instante. Ella había le había prometido a él verlo una vez mas antes de que las clases en la universidad comenzaran de nuevo, pero ese momento nunca llegó. El ya lo sabía, así que solo le quedó esperar una vez más. Pasó un corto tiempo antes de que llegara un pequeño periodo de vacaciones, cuando ella lo buscó, quizás fue un reflejo involuntario, tal vez de verdad pensó en el, o también es posible que siempre lo haya considerado como un respaldo, pues el pretexto de buscarlo era que acababa de termina por enésima vez con su novio, aunque todo parecía ser mas serio a comparación de todas las demás veces. Él ofreció dejar todo pendiente si ella necesitaba verlo, ella le dijo que no quería distráelo de los demás, aunque era algo que ya estaba hecho, así, quedaron en aprovechar es pequeño periodo de vacaciones para verse, pero no llegó…

Una vez mas, con la esperanza de verla arrebatada de las, él trato de continuar con su vida como si nada hubiera pasado, pero no fue así, esta vez había dolido mucho mas de la cuenta. Amigos y conocidos le insistieron en olvidarla, pero él simplemente no podía, daba sus explicaciones una y otra vez, algunos lo entendían al final, otros simplemente no. Pero como todo, el corazón y el alma tienen un límite, y el estaba a punto de llegar a este. Había encontrado una sensación de serenidad con otras personas, y se había encontrado pensando en alguien mas, se dio cuenta de las oportunidades que estaba dejando escapar, y sabía que tenía que ponerle fin a la relación de una u otra manera. El periodo escolar volvió a terminar, las vacaciones en puerta otra vez. Él no perdió su tiempo y la buscó, intentó varias veces, pero solo logró hacerlo una vez, platicó con ella, nada relevante, le pregunto cuando la vería, y ella solo dijo que luego. En una oportunidad decidió caerle de visita. Haya sido porque también lo extrañaba, o porque no le ocurrió que decir, accedió a su visita. No fue mucho tiempo, ambos tenían compromisos que cumplir, pero el se dio cuenta que si aún sería capaz de dejarlo todo si ella se lo hubiera pedido. Como siempre, nada pasó…

Hubo una última insistencia en invitarla a salir, pero ella no parecía tener tiempo, prometía llamarle después, pero nunca lo hizo. La desesperación comenzó a consumirlo, sabía que tenía que llamarla, pero no quería, estaba molesto por las repuestas incongruentes a sus peticiones, cada vez que tomaba el teléfono para marcarle, esperaba no encontrarla, otras veces con el teléfono en mano, no lograba marcar el numero, estaba totalmente desesperado, y recurrió al recurso de siempre, aquel que lo puso en la situación en la que estaba en ese momento, y le escribió diciéndole todo lo que sentía en ese momento. Pero los días pasaban sin respuesta alguna, y angustiado volvió a escribirle, pues no podía llamarle, no quería. Un día, simplemente decidió que sería la ultima vez que insistía, no llamaría, no escribiría, no la buscaría, pero solo quería verla una última vez, decirlo todo, y averiguar si verdad el destino no les permitiría estar juntos, pero cuando ella por fin contesto todo lo que le había escrito, todo se acabó…

Quizá de verdad estaba preocupada por el asunto, a lo mejor se hartó del juego, tal vez que solo haya estado de malas ese día, pero lo que le escribió fue algo inesperado. Nunca esperó que ella pensara que tenía un problema de salud mental lo que hacía obsesionarse de esa manera, después de todo lo que trabajó para que su amor no se convirtiera en una obsesión, ella lo veía así. Lo curioso en realidad fue que no le creó ninguna angustia de verdad, al contrario, encontró su pretexto para no buscarla más, él sabía que si la buscaba otra vez, y nuevamente ella volvía a darle la respuesta larga, él la terminaría odiando, y no quería eso, así que aprovecho el enojo de ella, y de la manera mas serena posible, evitando no Mostar ningún tipo de rencor, esperando no reprochar nada, le escribió su ultimo mensaje de despedida…

Él, ahora dice vivir mucho mas tranquilo, libre de la expectativa de si le buscará y le vendrá a reclamar como suyo, sabe que nunca podrá odiarla pues cree que ha conocido el amor de verdad, el amor incondicional, el amor en el que es mejor no estar presente porque si no solo se causa mas daño, y a pesar de todo lo que sufrió, sabe que no hay nada en este mundo por lo que cambiaría aquellos bueno recuerdos en los que solo eran ella y él…