martes, 3 de junio de 2008

Días sin luz...

Heme aquí escribiendo otra vez sin cosas que decir.
Perdí la electricidad por casi 5 días, cinco días que me la pasaba fuera de casa, con mi lap en la mochila, esperando encontrar un lugar donde recargarla para usarla un rato en la noche.
Ahora que tengo la energía de vuelta, siento que no hago nada interesante.
Debería ponerme a estudiar. Tenía toda la intención de comenzar la semana haciéndolo, pero cuando se fue la luz me desmotivé bastante. Ahora, creo que me iré a segunda vuelta...
No importa realmente.
Es curioso, pero cuando uno comienza a conocerse de verdad, comienza a notar esos días en los que no se siente tan bien, aunque no siempre encuentra la razón. Esta vez, me noto un poco más apático de lo normal, sin duda alguna a causa de mi perdida de electricdad los últimos días, pero creo que eso sólo es la gota que derramó el vaso.
Se acerca mi cumpleaños, y estoy nervioso, jamás había organizado algo tan grande, y no puedo negar que tengo miedo de que algo no funcione. El ejemplo mas claro fue mi corte de energía, si no me hubiera dado cuenta del problema, pobablemente seguría a oscuras en mi casa.
Pero no es lu único, ya comenzaron a salir detalles, como mi examen de estadística que quedó programado para el mero día de mi cumpleaños, y si no lo paso, tendré que volver a presentarlo una semana después, que es mi otra fiesta...
Son tres fines de semana que vienen apretados, con carreras, con posibilidades de fallar en algo, y es abrumante. No puedo ignorar este sentimiento, aunque simule que no me pasa nada, por eso ecribo...
La gente dice que les gusta como escribo. Pero a veces no hay que contar, solo siento que divago en pensamientos, en ideas sin orden, cada reflexion lleva a una nueva, cada respuesta a alguna duda, genera otra pregunta. Y la pregunta que me llamó la atención esta vez fue ¿Por que no me enojo?
Sé que cualquier otra persona, en una situación como la que pasé con mi falla electrica, al segundo día hubiera reclamado a la compañía de luz su falta de servicio. Yo esperé pacientemente. Claro, siempre tuve presente la posibilidad de que el problema no fuera con la compañia ya que yo era el unico sin energía. Todas las veces que llamé, lo hice con serenidad; todas las veces que esperé, lo hice con paciencia; pero por dentro podía sentir la frustación acumulandose generando un enojo terrible, ira que temí no poder sostener más. Pero nunca sucedió. En lugar de eso volví a tomar la iniciativa y solucioné mi problema.
Incluso estuve dispuesto a posponer otros planes, y no fue necesario, al final, todo comenzó a solucionarse.
Sé que ahora debo de sentirme contento, pero no puedo evitar pensar que tal vez, si no hubiera mi problema de electricidad, tal vez de verdad me hubiera puesto a estudiar para mis exámentes venideros.
Pero ahora no quiero...
Quizás mañana se me pase, pero mañana ya es un examen, en en la noche, así que aún hay tiempo, quizas mañana amanezca de mejor humor...

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