domingo, 13 de febrero de 2011

De mis tres semanas de anfitrión...

Ayer se fue la visita que tenía desde Argentina, una chica de 17 años con una historia curiosa que realmente no conocí con detalle. En un resumen de los hechos, esta chica, Maru, venía de vacaciones a México y dado que su padre es amigo del mío, le ofrecieron asilo en mi casa puesto que tenía una habitación disponible, además estoy en un lugar muy céntrico (claro, me preguntaron primero si estaba dispuesto a recibir una visita y yo accedí), en fin, para mala suerte de ella el agua en la unidad falló justo el día que ella llegó a México, así que sus dos primeros días se quedó con con mi  viejo (como decía ella) y otro con otra persona. Al tercer día ya se quedó conmigo, la situación del agua mejoró en mi casa, pero por el momento aun no queda reparado por completo, pero bueno, realmente esa historia es lo de menos...

Tres semanas con una chica de 17 años argentina. Debo admitir que estuve tentado a escribir un par de veces en el facebook o en el twitter algo así como "tengo en casa una chica de 17 años que me mantiene despierto hasta las 2 de la mañana", con toda la intención de que sonara el doble sentido, pero luego del Kalimbazo, uno ya lo piensa dos veces; aún así resulta... inquietante...ver cuantas personas de verdad me insinuaron que intentara hacer algo al respecto, realmente no se que pensar al respecto...

¿Y que me deja a mi esta visita? Pues algunas latas de comida que ya no se llevó, el saber que a los padres allá les dicen viejos, que al aguacate se le dice "palta", al maíz "choclo", y que "boludo" es el equivalente a "güey". De allí en fuera, no sé si será la edad, o los gustos, pero siento que realmente pude congeniar con ella, y no me refiero que hubiera se haya cread un ambiente de incomodidad, sino más bien al hecho de que no puedo decir realmente que no pedo decir que hice una amiga...

Sí, seguro que si voy para allá me reciben con los brazos abiertos, pero me hubiera gustado saber más sobre su vida, sus sueños, sus proyectos, que se yo... algo menos superficial que escucharla hablar por webcam con su amiga en Argentina sobre los chicos que conoció y los bien parecidos o no que eran. Me hubiera gustado acompañarla a pasear a las pirámides, al centro por la noche, o a CU, pero afortunada o desafortunadamente no tuve el tiempo, todos los días regresaba del trabajo después de las 7 de la noche, y solamente en 3 ocasiones la encontré en casa cuando llegaba, una de las cuales me tope con la desagradable sorpresa de que no estaba sola, y otra en la que se estaba preparando para salir.

Me quedo con la duda de si fui o no buen anfitrión, trato de acordarme de cuando fui a Europa, apenas acababa de cumplir los 18, pasaba por mi época de negro y me había ido con la incertidumbre de si había terminado o no la prepa. La diferencia mas grande, que creo que lo marca todo, es que yo no hice ni un amigo por allá, y no conocí a nadie más que las personas con quien me había quedado; ella sin embargo, el primer día que pasó después de pasado aquí la noche, ya había hecho amistad con algunos chicos de la escuela de música que esta a lado de mi casa. Con ellos pasó la mayor parte del tiempo, y con ellos quedaron sus últimos dos días. La noche antes de que se regresara a su país, llegó a las 12 y media de la noche, metió sus cosas en su maleta y se marchó, casi fue casualidad que yo anduviera por aquí para despedirla...

¿Le habrá ido bien? ¿Habrá llegado a tiempo? ¿La habrán dejado pasar en el aeropuerto con toda la comida que llevaba? Quien sabe, al vez me enteré cuando llegue allá, o cuando me platique mi padre que fue de ella. En fin, me quedo con la duda de si se la pasó bien o no acá, y con el conocimiento de que, al menos aquí en el DF, estamos demasiado agringados...

Hasta la próxima.

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