miércoles, 20 de febrero de 2008

Un largo día en la escuela, un recital de trova y un eclipse de luna.

Cuando despertó, el reloj marcaba las cuatro y media de la madrugada. Otra vez faltaba media hora para que sonara la alarma, así que intento volver a dormir, pero ya no pudo. Quince minutos despues de dar vueltas en la cama, se levantó, se bañó, se vistió, desayunó y se fue a la escuela un poco antes de lo normal, aún así llegó a la misma hora, el metro se había retrasado en el trayecto. Al llegar a la escuela saludó a sus amigas, a sus compañeros, y cuando llegó la profesora tomó la primera clase del día, aburrida, tediosa. Por fin al terminar, salió del salón para dirigirse al otro donde sería la siguiente clase, pero el profesor se retrasó por una hora, tiempo durante el cual estubo esperando fuera platicando con sus amigas, pero allí la vió. Aún no le ha podido poner un nuevo apodo, ya no le queda el de la tenista, y aunque no era la única chica que le gusta y que pretende, sí era la de mas importancia, o había sido. Allí estaba ella con otro tipo, mas cariñosa que de costumbre, "¿de donde salió? ¿cuándo fue? ¿por qué?", eran las preguntas que le pasaban por la cabeza cuando la veía con el otro, no podía soportar verlos, pero necesitaba asegurarse que la relación era mas íntima, hasta el momento sólo había abrazos, pero nada más, "tal vez él aun hace su lucha y ella aún no se decide", esa idea le daba algo de esperanza, pero realmente ya se había dado por vencido.

Al fin llegó el profesor, impartió su clase, igual de aburrida y tediosa que la anterior. Cuando terminó, una de sus compañeras lo invitó a la ludoteca de la facultad donde se encontraron con otras dos chicas que estaban armando un rompecabezas. Entre los cuatro lograron terminarlo pero al final faltaba una pieza. Después de eso el regresó a la penúltima clase del día.

Llega al salón, deja sus cosas y se sale a platicar con sus amigas en lo que llega el profesor. Cuando comienza la clase la vuelve a ver, ya no está el otro, al final de cuentas sigue siendo tan hermosa como siempre y sólo le importa eso, o al menos eso quiere creer. La clase pasa, a diferencia de las dos primeras, esta no es tediosa y aburrida, sin embargo no puede evitar dormirse cuando el profesor toma una pausa para dejar copiar del pizarrón ya lleno de formulas y ecuaciones, a los demás compañeros; él no necesita hacerlo, siempre ignora la indicación del profesor de poner atención y después copiar, así que siempre termina de copiar antes que todos. Después de finalizar la clase se encuentra ante la cuestión de decidir entre regresar a casa o quedarse en la escuela, y es que aún faltan 5 horas para la última clase. En lo que se entretiene platicando con otras compañeras decide que es mejor quedarse, así que se dirige hacia la única cafetería de la escuela donde ofrecen servicio de comida corrida. Al terminar, apenas son las cuatro de la tarde, faltan dos horas para el evento al que planeó quedarse, así que tiene que decidir que hacer. Al final lo reduce a dos opciones: la primera era buscar algun rincón cómodo donde tirarse a leer un rato el libro que le dejaron en su taller de literatura; la segunda, era hacer la tarea no obligatoria, la que sólo sirve de estudio, pero la que sabía que tendría que hacer en la biblioteca, pues no había otro lugar mas óptimo tabajar pero, "¡como odio la biblioteca!". Elije la segunda. Desde el primer momento que pone pie en el lugar puede sentir la tensión del sitio generado por el estrés de todos los que están allí haciendo algún tipo de trabajo, pero no importa, la música probablemente amenice el ambiente, al menos el suyo. Cuando llega al área de trabajo echa una rápida mirada, sabe que ella esta allí, pero no quiere dar la impresión de que fue a ese lugar sólo para verla. No la ve, pero sabe que esta allí. Busca un lugar donde este seguro de ver cuando pase, pero lo suficientemente discreto como para no ser visto cuando suceda. Una vez sentado localiza la hubicación de sus amigos (de ella), seguramente ella también estaría allí. Saca sus cosas, tiene lo necesario para comenzar a trabajar, su cuadernos y la hoja con los problemas de la tarea. Lee el primer ejercicio, no se ve difícil, tiene una idea de como empezar, revisa en sus apuntes y comienza. Un tiempo después sigue en el mismo problema, ya logró un avance considerable, pero aún le falta algo para conectar la última idea. Entonces la ve pasar hacia la salida, "no va con el otro", piensa, es entonces cuando se da cuenta del verdadero propósito de ir a la biblioteca, el único lugar donde ella va que él no visita, el único lugar donde se le ocurre pudo haber comenzado la amistad con el otro, pero no el otro esta allí, habrá que ir en otra ocasión para comprobarlo. Poco después llega a un resultado no del todo convencido, sabe que le falta una justificación que probablemente tenga que ver con el dato que no ha usado, pero no sabe como, así que decide dejarlo y pasar al siguiente ejercicio. Cuando lo lee, nota que es el ejercicio del cual el profesor les sugirió usar el método de series de Taylor, pero no lo recuerda en ese instante así que mejor decide pasar al siguiente pero, oh sorpresa, el ejercicio esta inentendible, desde el momento en el que lee "fuerza gravitacional G", sabe que no lo va a hacer. Pasa al siguiente y sucede lo mismo. Mejor decide continuar en otro momento. Son las 5 de la tarde, ella ya no regresó, pero no importa, al menos eso quiere creer.

Se dirige hacia el auditorio donde será el recital de trova y decide esperar leyendo el libro que le dejaron en el taller de literatura. Cuando por fin llega la hora, se mete al edificio y espera a que el show comience. Primero toca un muchacho desconocido, novato, su canción no es buena y su afinación es peor, pero hay que dejar foguear al chico. Al fin pasa el cantautor, Alejandro Neri, ya antes había escuhcado ese nombre, esta seguro que uno de sus amigos se lo había mencionado. El concierto no dura mucho, pero las canciones son agradables y las anécdotas chuscas. Cuando termina, va de vuelta al salón de clases, aún falta una hora para la ultima.

Al llegar encuentra a otras compañeras, esperaban también su clase, pero las nota mirando a la luna, entonces recordó haber escuchado del eclipse de luna que habría esa misma noche, "que suerte", pensó, "jamás he visto uno". Acompañó a sus compañeras a una mejor locación para admirarlo, aun faltaba más de media hora para su clase. Poco a poco iba viendo el desarrollo del eclipse, lento, hipnotizante. Le entra entonces, un sentimiento de nostalgia cuando ve la luna tar hermosa, pues la última vez que la admiró así le escribió un poema a ella, ¡eso es!, Luna, al fin le encontró el sobrenombre adecuado, "¿como no lo vi antes?", era tan simple y tan obvio, al menos para él; sabía que muy pocos entenderían a quien se refería y los que lo hicieran probablemente no lograría hacer la relación. Luna era un apodo perfecto, no sólo hacía la referencia adecuada, el mismo eclipse reflejaba su sentir hacia ella. Conforme la luna era cubierta por la sombra de la tierra poco a poco, disminuyendo así su brillo, él pensaba con como poco a poco su esperanza hacia Luna había ido disminuyendo, hasta que el último rayo de luz se vio opacado por la sombra del otro, pero la luna volvería a brillar de nuevo, y el ya no estaba seguro de esperar que su Luna brillara otra vez...

Dieron las nueve de la noche, el profesor no llegó, es hora de regresar a casa...

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