Tal como lo comenté en la entrada anterior, hoy fue, de hehco todavía lo es, el cumpleaños número 75 del papá de mi mamá, o sea, mi abuelo. Tal como se esperaba, fue una reunion principalmente familiar, aunque tambien asistieron varios de los amigos de mi abuelo, todos para celebrarlo. La comida fue pozole, que hizo mi abuelita (mi favorito, por cierto), hubo músico, pastel, y todas esas cosas que suelen haber en un cumpleaños.
Como era de esperarse, a la hora de las dedicatorias y palabras de felicitación, fue cuando recité mi poema. No con tantos nervios, pero si mareado por la exaltación del momento, comencé a leerlo, para despues recibir el aplauso al final. Sencillo, honesto, atrevido pero respetuoso, al menos eso fue lo que quise hacer, y creo que lo logré. Creo que no hice llorar a nadie, pero si hice muy felices a muchas personas, y lo mejor de todo, fue que les demostré a todas aquellas personas que tenían una idea de mi, que realmente no me conocen como soy ahora.
Ya por último, para segir fomentando la soberbia, es difícil no creerse talentoso cuando todos le dicen a uno que lo es. Yo se que no soy tan bueno, pero hago lo mejor que puedo, y creo que eso es lo que importa.
Eso es todo por hoy, mañana tengo que levantarme temprano para ir a clase...
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